3/10/12
Octubre
Y un año más, aquí está de nuevo: Octubre ha irrumpido en nuestras vidas, como una pesada losa. Mi relación con este mes nunca ha sido buena, aunque -tengo que reconocérselo- en los últimos años haya hecho múltiples esfuerzos por cambiar esa irracional animadversión. Así que, después de dos días de bajón, cambio el chip y recuerdo todo lo que me gusta de esta época del año, que no es poco. Porque me encanta el olor del otoño recién arrancado, sus rojizos y frescos atardeceres, sus incongruencias meteorológicas de frío a primera hora y calor a media tarde. Sus tonos marrones, sus paseos de hojas secas y, cómo no, sus temporales de lluvia y viento. Me encantan sus noches cada vez más tempranas y la cercanía del invierno. Y aunque odie mucho sus lunes, lo compensan sus tardes de domingo, con su nostalgia, su rutina y su calidez.
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