Supongo que el sabor que guarde de este 2012 dependerá del ánimo con el que lo recuerde. Y es que en estos meses se han perdido 'te quieros' que ya nunca se podrán decir. He sentido cada abrazo más cerca que el anterior. He llorado de alivio, de pena y de risa. Se me ha encogido el corazón por momentos y, en otros, lo he "ensanchado" más que nunca, como nos pedía Robe. Me he emocionado al sentir la esa mano diminuta agarrar con fuerza mis dedos. Y he hablado conmigo misma, mucho.
De lo que estoy segura es de que he EXPRIMIDO cada mes de 2012. Me he quedado a medio camino de aquellos propósitos de año nuevo, pero no me importa: Ya tengo deberes para este nuevo año que me apetece más que nunca.
¡ADIÓS 2012! ¡BIENVENIDO 2013!
Quisiera que mi voz fuera tan fuerte que a veces retumbara las montañas y escuchárais las mentes socialadormecidas las palabras de amor de mi garganta.
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