La victoria de la selección española en el Mundial de Sudáfrica ha copado, como era de esperar, toda el interés mediático del país en los últimos días. Los medios de comunicación han realizado dos lecturas de este importante hito en la historia de la selección: la puramente deportiva y la política, que ya sabemos que mezclar ‘churras con merinas’ es la marca de la casa.
Los cronistas políticos no han perdido tiempo en contar su propia historia y sacar sus propias conclusiones de un evento deportivo. El resultado, evidentemente, no podría ser otro que infinitos artículos y reportajes casposos, manipuladores y cargados de demagogia. Ejemplos los hay en todos los lados y en todas las ideologías, pero bien podría servirnos éste de ejemplo.
A estas alturas de la historia, negar la realidad plural de España es de catetos. Pero lo más hipócrita es arrinconar e incluso insultar a aquellos que no celebraron la victoria de la selección simplemente porque no la sienten como suya. Acordarse de los demás para mal en las celebraciones de un éxito deportivo es una clara muestra de complejos.
En un rincón del Mundo en el que hasta ahora la gente tenía miedo de opinar por las repercusiones, he de reconocer que me agradó ver al gentío festejar sin complejos, aunque también reconozco que me asombró ver tanta bandera española ondear al viento tras años cogiendo polvo olvidada y/o escondida en un cajón. Cada cual es libre de sentirse de donde quiera, de donde haya nacido, de donde haya crecido, o donde se haya asentado. De donde haya mamado, o donde haya aprendido a hablar. Siempre desde el respeto. Esa es la máxima que me mueve, por lo que no pido perdón por no celebrar el triunfo de ‘la roja’. No es mi selección. Aunque no me importa que otros celebren, es más, como forofa de un equipo de fútbol, entiendo sus celebraciones, siempre que se muevan por unos principios de respeto.
Todos sabemos qué tipo de cazurros habitan este mundo aquí, en Madrid, y en Hawai. Pero limitar a una no tan pequeña minoría, como quieren hacer ver, a algo tan corto de miras es deleznable. Máxime cuando el resto del año llenan sus periódicos criticando a los que actúan así.
3 comentarios:
Es difícil entender lo que no sientes. Y en el resto de España no se entiende que el sentimiento de alguien pueda no estar con España, o con el castellano, simplemente creen que es una elección. Hasta que no comprendan que no lo es, nunca entenderán nada.
Eso Robert. Pero yo, al menos, respeto a quien aquí se siente español, he dado la enhorabuena a quien disfrutado con la selección, y, faltaría más, respetado a quien lo ha celebrado.
Aunque sé que mucho descerebado por aquí no lo hace, no sabes cómo me ha cansado tener que aguantar estos días a todos los que me han mirado mal o se creen mejores que yo por no haber apoyado a la 'roja'.
En fin, que éste, por desgracia, es el cuento de nunca acabar.
Pero es lo mismo, no entiendes, por lo tanto no respetas, es más, tienes miedo.
Nosotros, por suerte, entendemos las dos posiciones por lo que respetamos ambas, estemos en la posición que estemos.
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