24/1/13

¡Haz que pase!

Yo no creo en el destino. Me niego, de hecho, a aceptar que el destino exista porque de así serlo, tendríamos la más triste de las vidas. Si todo lo que me vaya a ocurrir en esta vida está previsto, ¿para qué disfrutarlo, para que alegrarme, para qué entristecerme, para qué preocuparme o para qué sentirme orgullosa? Nunca estaría siendo realmente atrevida, impulsiva, alocada, irresponsable o sensata. Puesto que alguien o algo habría decidido antes que yo esos pasos.

Tampoco acabo de creer del todo en la suerte. Sí creo en el concepto de suerte. "Le tocó la lotería, qué buena suerte". "Se le calló una maceta encima, qué mala suerte". Aunque si le tocó la lotería es porque, evidentemente, había jugado, y la -llamémosle casualidad, estadística, suerte, fortuna, azar- hizo que salieran sus números. Y esa maceta o estaba mal puesto, o hacía demasiado viento, o ambas cosas a la vez. Debatiéndo sobre este tema hace unos días, me pusieron como ejemplo de suerte el cáncer. Como he dicho antes, sí creo en el concepto de [mala] suerte. Seguro que lo primero que diría(mos) sería algo del tipo: "¡qué puta mala suerte!". Pero, en mi opinión, no es suerte. Es casualidad (y de la puñetera). Aunque quizás no sean tan diferentes ambos conceptos.

Al final, las cosas importantes de nuestra vida -las que nos definen, las que nos permiten sentirnos realizados-, son fruto de acciones. Principalmente de las nuestras, pero muchas veces también de las de los demás. Y como en esas no podemos meter mano, no nos queda otra que luchar, trabajar, soñar, creer, crecer y volver a soñar. Y seguir trabajando. Hacer que pase. 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...