28/1/14

Viajar a Estambul

Hace no mucho un amigo me pedía recomendaciones para viajar a Estambul, ciudad que visité hace un año y medio. Como no es la primera vez que me preguntan por esta ciudad -parece ser un destino muy recurrente-, se me ocurrió escribir un post con mi experiencia allí y, con las aportaciones de todo aquel que quiera dejar sus comentarios, facilitar una particular guía. 

Sobre dónde hospedarse, lamentablemente, no puedo aportar mucho. Nosotros nos quedamos en casa un amigo que estaba trabajando allí, en la zona asiática, 'cerca' de Kadikoy. Lo cierto es que, si el viaje es corto, casi toda la actividad se centra en la parte europea así por comodidad (evitar tiempos de traslado en barco), así que supongo que será mejor hospedarse allí. 

Estambul. Hitzen Mundua
Vistas de Estambul desde la Torre Galata. 
Estambul es una ciudad caótica. Mucho tráfico y una gran afluencia de gente de todo los rincones. Es una ciudad muy turística y muy mercantil. En los bazares se habla cualquier idioma pero para lo demás, allí sólo se manejan en turco. Para moverte, lo mejor son los dolmus, unos peculiares furgón-taxis que hacen unos recorridos marcados. Lo paras (en cualquier lado), te montas, pagas y te bajas cuando lo pidas (siempre dentro de la ruta indicada). Y sale más barato.

Por la novedad, entramos en muchísimas mezquitas. Tantas como vimos. Me gustaron mucho sus patios y sus interiores me parecieron cálidos y acogedores. Para visitarlas está prohibido 'enseñar las piernas', hay que descalzarse y las mujeres deben taparse la cabeza. La Mezquita Azul es realmente espectacular. En frente suyo, uno de mis sitios favoritos de la ciudad: Santa Sofía, antigua basílica ortodoxa, posteriormente fue mezquita y ahora es un museo. Fui a Estambul a los meses de estudiar el Imperio Bizantino así que disfruté el doble de la visita. En cambio, me decepcionó mucho el palacio de Topkapi. Pese a tener unas increíbles vistas, me apenó ver lo poco aprovechado y cuidado que tienen este palacio, desde el punto de vista cultural e histórico. 

Interior Santa Sofía, Estambul. Hitzen Mundua
Interior Santa Sofía. 
A nosotros no nos gustó el Gran Bazar, agobiante y claustrofóbico. Preferimos el Bazar egipcio, también conocido como Bazar de las Especias, situado junto a la Mezquita Nueva. Hicimos casi todas nuestras compras allí y en uno de sus rincones está la entrada para la mezquita más bonita de todas las que vimos: la mezquita Rüstem Pasa, pequeña, azul, azulejada, silenciosa y más vacía que otras. Altamente recomendable. También en el Bazar Egipcio comimos nuestro mejor durum del viaje, en un antro en el que apenas entraban cuatro comensales, el "relaciones públicas" que salía a captar clientes y los dos cocineros. Delicioso. También la Mezquita de Süleymaniye, la más grande de la ciudad, es digna de visitar. Su fachada es imponente y es una de las más bonitas que visitamos.

Duru. Bazar Egipcio. Hitzen Mundua
Interior del local donde comimos el mejor durum que probamos aquellos días. En el Bazar Egipcio. 
En pleno centro turístico, frente a la Mezquita Nueva y el Gran Bazar está el Puente Galata, lleno de movimiento y color. Los pescadores abarrotan las aceras y el piso inferior está lleno de restaurantes (a los que les guste el pescado, ése es su sitio). Junto al puente salen los barcos para dar un paseo por el Bósforo. Nos recomendaron hacerlo cuando hubiera anochecido, para poder vislumbrar los numerosos palacetes iluminados, pero por comodidad de horario y para poder hacer fotos lo hicimos de día. Cruzando el puente Galata y subiendo por un barrio muy mercantil (cada calle del barrio corresponde a un gremio: instrumentos musicales, ferretería, etc.) llegas a la Torre Galata, de 61 metros de altura y desde donde disfrutar de unas preciosas vistas. Cerca está Taksim, zona neurálgica de la ciudad y con una calle comercial atravesada por un tradicional tranvía. 

Torre Galata. Hitzen Mundua
Torre Galata. 

Si en vuestro viaje os sobra tiempo, yo os recomendaría acercaros hasta Eyüp y el Pierre Loti Café. Nosotros fuimos hasta allí en bus, (el 95B, creo recordar) desde Eminönü (al lado del Puente Galata). La mezquita es uno de los lugares más sagrados del islam y un importante centro de peregrinaje. Nosotros no pudimos verla bien porque estaba en obras. Pero desde allí se sube -en funicular- hasta el café Pierre Loti, sin duda el lugar con mejores vistas a esta imponente ciudad.

Vistas desde Pierre Loti. Estambul. irirarara
Vistas desde Pierre Loti.
Nadie se debería ir de Estambul sin haber disfrutado de dos manjares especiales: Hay que ir hasta Ortaköy, debajo del puente internacional que separa Europa de Asia, zona con mucho ambiente. Nosotros fuimos de noche y además de puestos de artesanía y curiosos bares, tuvimos una cena de despedida especial: Kumpir una patata de gran tamaño asada que puedes rellenar con lo que te apetezca (salchichas, salsas, queso, aceitunas, maíz, etc.) y el postre perfecto: Un gofre cubierto también con lo que desees (chocolate, frutas, toppings varios, etc) y enrollado. Lo saboreamos mientras disfrutamos del espectáculo de luces del propio puente y del ambiente bastante menos turístico que todo el resto del viaje. 

Ortakoy, Estambul. Hitzen Mundua
Algunas de las muchas cosas que podías ponerle al gofre. Al fondo, elaboración. 
Pero tengo claro que si algo hay imprescindible en Estambul es gozar de un precioso e inolvidable anochecer desde Üskudar. Bajando hacia el sur desde la estación del barco está el lugar más mágico de la ciudad: Un interminable mirador habilitado con alfombras para sentarse y, mientras tomas un chaï, contemplar el anochecer sobre Estambul y sobre el faro Kiz Kulesi. Nosotros fuimos hasta allí dos noches. 

Uskudar, Estambul. Hitzen Mundua
Mirador, Uskudar. 

Kiz Kulesi, Estambul. Hitzen Mundua
Anochecer sobre Kiz Kulesi. 

Podéis ver más fotos de Estambul en mi galería de Flickr, aquí

Y todo aquel que haya estado en Estambul y quiera corregir, agregar o indicar algo, ¡que comente! 


14/1/14

25 cosas sobre mí

Aún me acuerdo cuando la moda de los test personales inundó nuestras bandejas de hotmail. Yo era una auténtica flan de ellos, y no había ni uno solo que dejara pasar. Por eso, cuando hace unas semanas vi éste post en el blog de Sole Silbando me sumé a la causa. Una es algo egocéntrica por naturaleza -¿cómo si no iba a tener una etiqueta en el blog llamada 'mi, me, conmigo'?- así que no me ha costado mucho encontrar 25 cosas que contar sobre mí (hubiera escrito 100 más). ¡Allá voy!

1. Nunca me he roto ningún hueso. Tampoco me han puesto puntos, no tengo cicatrices... Tan sólo me he hecho dos esguinces, uno en cada tobillo. Los dos fueron el mismo año: Uno bajando las escaleras de mi casa un sábado a la noche -y el esguince fue a peor durante los bailoteos posteriores- y el otro jugando a baloncesto con el equipo de la universidad -¡lo que se hace por créditos de libre elección-.

2. No me gusta la Coca Cola. Y no me gusta el vino. Es decir, soy vasca y no me gusta el kalimotxo. ¡Toma ya!

3. Entre las múltiples manías raras e incomprensibles -incluso para mí- que tengo, hay tres que me acompañan desde siempre. Una es la de comerme las uñas, otra es la de morder bolis, muñequitos pequeños (tipo muñeco de huevo Kinder), tapones, bridas de plástico... ¡cualquier cosa! Sobre todo si estoy trabajando o estoy nerviosa. La tercera es aún peor: arrancarme la piel de los pies. De pequeña llegué a pasarlo muy mal por tener los dedos casi en carne viva ¡qué dolor ponerme los zapatos! y mi madre me echaba unas broncas horribles. Es una manía que lamentablemente aún recupero de modo esporádico...

4. Me encanta escuchar música. Mientras trabajo, mientras paseo, mientras me ducho, mientras limpio la casa, mientras desayuno, mientras conduzco... ¡a todas horas! Suscribirme a Spotify para poder escuchar offline todas mis listas de reproducción (una de ellas también se llama 'mi, me, conmigo, xD) ha sido una de mis mejores inversiones...

5. Cuando empiezo a leer un libro siempre leo la última página antes. Inevitable.

6. Llevo doce años enamorada. Y muchos más que serán... :)

7. Odio las clases de idiomas. Con todas mis fuerzas. Me han parecido siempre un auténtico coñazo. Será por eso que no domino ningún idioma que no sea el materno, aunque me gustaría tanto...

8. No soy una persona cariñosa. Es una demanda de la gente que me rodea pero lo siento, me incomodan ciertas actitudes o gestos en público. Tanto por mi parte, como por la de terceros. Besos a mí, no.

9. Me encanta viajar, es una de mis mayores aficiones. En especial, me gusta ir a sitios con una historia que leer, que mostrar, que descubrir... Roma fue, en ese sentido, el viaje más especial. Si os cuento que yo, témpano de hielo, llegué a emocionarme en el foro romano... Me gustaría ir a tantos sitios y descubrir partes recónditas del planeta pero reconozco que recorrer Europa me atrae sobremanera.

10. Mi vocación frustrada es ser escritora. Siempre que lo intento, fracaso en el desarrollo: Me viene a la mente un inicio y un final, pero nunca sé cómo llegar de un punto a otro. Y a otra cosa, mariposa.

11. De pequeña me mareaba en los viajes. Lo pasaba fatal y vomitaba muchísimas veces. Mi padre se desesperaba, porque a veces el show empezaba al poco de montarnos en coche. Los viajes a Galicia, en verano, se hacían eternos por mi culpa. El récord está en una excursión en la que me mareé... ¡antes de motarme en el bus, aún en mi casa! Probamos con mil remedios, caseros y farmacéuticos. La solución llegó de manos de mi abuela que me dijo que si me ponía un trozo de esparadrapo en la tripa, tapando el ombligo, no me marearía (sí, así de desesperados estábamos ya...). Aquel mensaje caló hondo porque desde entonces no volví a marearme. Qué cosas tiene la mente humana...

12. Hasta los 10 años creí en los Reyes Magos (y en el Olentzero y en el ratoncito Pérez). En una clase de casi 40 niños, todos mis compañeros me contaban la verdad pero yo, con argumentos tan aplastantes como: "sí, claro, si ni en mi cumpleaños me regalan tantas cosas, ¡cómo van a ser los Reyes los padres!", no les creía nada. Cuando finalmente mi madre me dijo la verdad pasé horas llorando. Lo recuerdo como si fuera ayer.

13. A la hora de comer tengo el gusto de un niño de 10 años: Hamburguesas, croquetas, san jacobos, patatas fritas, salchichas, espaguetis... Y sobre todo, postre con mucho chocolate, por favor! (todo súper dietético).

14. Cuando estoy saturada, por la noche me comen los mil males. Lejos del portátil o de los apuntes me agobia creer que no me va a dar tiempo a estudiar todo o a terminar aquel proyecto. Por el día lo veo más fácil -y sobre todo con los apuntes- acabo dejando cosas para el día siguiente. Pero luego llega la noche...

15. El otro día os hablaba de series, pero no os conté cuál marcó mi 'adolescencia'. Como muchas chicas de mi generación estuve completamente enganchada a Dawson Crece, incluso sabiendo con quién se quedaba Joey al final. Por cierto, yo era del team-Pacey. No había color...

16. Uno de mis mayores hobbies es dormir. A pierna suelta, en cualquier momento y todas las horas del mundo y más. No tengo problemas para quedarme dormida (incluso cuando los mil males me asolan); hay quien dice que según meto una pierna en la cama ya estoy roncando (porque sí, ronco de felicidad). Y aunque haya dormido trece horas, al llegar la noche no tendré problema en dormir otras trece más. ¡Y tan feliz!

17. En mi casa hay dos armarios. Uno en nuestra habitación, de tres puertas, lleno de mi ropa. Otro de dos puertas en la otra habitación que le he cedido a Javi. Además tengo una cómoda de cuatro cajones ocupada por mi. Y uno de los cajones del zapatero también lo reservé yo... Eso sin mencionar que debajo de la cama canapé de mi antigua habitación en casa de mis padres tengo más ropa. Y en mi antiguo armario también...

18. La película con la que más he llorado en mi vida es Leyendas de pasión. La tenía grabada en VHS y a veces la ponía sólo para llorar. Me costaba verla del tirón, tenía que parar cuando muere Samuel para tranquilizarme y seguir viéndola, para volver a parar cuando matan a Isabel II... ¡Qué lloreras!

19. Siempre fui muy del fenómeno flan. Empapelé mi cuarto con fotos de ciclistas y futbolistas... y fotos de los BackStreet Boys. Fui al concierto en Donosti ¡faltaría más! Y lloré, sí... Aunque mis verdaderos ídolos de la pubertad fueron De Paula y Ullrich...

20. Soy irremediablemente patosa. Tardaba meses en hacer la manualidad que nos mandaban en plástica -¡mamá!-. Eso se traduce en torpeza para todo, incluso para hacerme una trenza en el pelo (¡no sé!).

21. No tengo don de gentes. De primeras me cuesta romper el hielo y a veces proyecto una imagen de borde (porque lo soy). Pero después, llego a ser simpática ;)

22. Desde que tengo uso de razón colecciono fotografías. Tengo tropecientos álbumes de fotos en los que me gustan anotar cosas, y cientos de gigas ocupados con fotos en el ordenador. En los viajes me vuelvo loca dándole al obturador (¡benditas cámaras digitales!). 

23. Lo confieso: soy un poco friki. ¡Y me encanta!

24. Estoy muy feliz conmigo misma, me gusto mucho y me encanta mi vida.

25. Por encima de todo, soy periodista. Ejerza o no, no podría no serlo.

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