"(...)Pero se distanciaba de cuando en cuando, a veces justo en plena conversación, y se quedaba mirando al espacio con aquella expresión soñadora en los ojos, y era como si ya no me conociera. Al principio creía que se quedaba absorta en sus pensamientos o sumida en algún recuerdo, pero cuando finalmente le preguntaba lo qué se le pasaba por la cabeza en esos momentos, sonreía y contestaba: Nada (...)".
Un hombre en la oscuridad / Paul Auster
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