26/11/13

Lo bueno

A principio de año pasé una mala racha. Las horas se hacían eternas y los domingos a la tarde la semana se me antojaba muy cuesta arriba. Un sitio donde me divertía, me reía y disfrutaba se convirtió en un lugar al que la mera idea de ir me agobiaba. Cuando salí, no podía más que recordar lo malo, pero tenía la certeza de lo que bueno acabaría ganando la partida. Como decía una canción, lo bueno queda y lo demás se irá. 

Ha pasado más de medio año y, a pesar de que siguen llegándome noticias que me recuerdan todo lo malo vivido (porque el tiempo siempre pone a cada uno en su lugar; las mentiras tienen las patas muy cortas y el que hace el mal una vez lo hace muchas veces más), yo ya sólo puedo recordar esa larga etapa con una gran sonrisa. Quizás sea la proximidad en el tiempo pero tengo la sensación de que es, además, una de las sonrisas más grandes que soy capaz de dibujar. El mérito es de la gente, sin duda. Las risas -que fueron muchísimas-, la complicidad, el talento y todo lo aprendido.

Lo bueno es que todo eso puede seguir en el tiempo. Facebook, Whatsapp y todo lo demás nos lo ponen más fácil pero en el fondo hay algo que no ha cambiado con las nuevas tecnologías: Los amigos no lo siguen siendo si no te esfuerzas. Más allá de un 'me gusta' en una foto o un mensaje de felicitación de cumpleaños está el interés por querer que esa gente se quede en tu vida. Nunca puedes quedarte a todos pero sí a los más importantes.

Y así, aquellas cuatro paredes no secuestraron la diversión. Las risas siguen al aire libre. Esperemos que por siempre. Lo bueno siempre acaba quedándose.

1 comentario:

Iréz dijo...

Me alegra leer eso :) ¡Que las risas sean eternas!

Yo tengo la putada, o el don, de jamás acordarme de lo malo. O haberlo desdibujado tanto, que apenas recuerdo que paso. (salvo en algunas cuestiones). Siempre me quedo con lo bien que me siento.

No sé, es raro.

Pero me alegra saberte feliz ;)

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