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28/12/17

2017: Una imagen, una canción, un libro y una serie

Si 2017 fuera una imagen nos transportaría a Zlatini Rat, en la isla de Brac, Croacia. Vacaciones (¡dos años después!) y la mejor compañía. Una playa idílica prácticamente vacía a finales de verano. Agua transparente, piedras blancas, cerveza fría, relax máximo y un anochecer inolvidable para dos. 


Y si fuera un libro, este año es fácil. Y no lo digo yo, lo dice mi abuela. El libro del año (¡corred a comprarlo, insensatos!) es Tu rostro por partes, de David R.L. Si os suena el autor, sí, es mi hermano. ;)


Y si fuera una canción, sería la canción de la intro de Narcos. Dice Spotify que es una de las canciones que más veces he escuchado este año... ¡y doy fe! Totalmente enganchada a Tuyo de Rodrigo Amarante. En bucle.


Y si fuera una serie... este año serían dos. Han sido muchas las series que me han enganchado este año en el que me he puesto al día con Dr. Who, me he enamorado de This is Us y he seguido riéndome con Friends, entre otras muchas. Pero hay dos series -llevo pensándolo días pero soy incapaz de decantarme por una- que superan a las demás. 2017 ha sido el año en el que he descubierto Ministerio del Tiempo y se ha ido directa a mi Top 5. No sé si The Handmaid's Tale entrará algún día en este Top 5 pero sí que su primera temporada es impecable y dura, muy dura. Especialmente porque no estamos tan lejos como nos gustaría de esta distopía...

21/7/15

Visitar Berlín (II)

> Visitar Berlin (I)

Berlín exhibe la Segunda Guerra Mundial. Aquella locura alemana que impactó al Mundo entero. Pero también exhibe el Muro de Berlín. Esa otra locura ajena que impactó a Berlín entero. Ambas con mucho respeto y sobriedad. 

Lo cierto es que hay más restos del Muro de Berlín de lo que pensaba. Una llega a la capital alemana con esos trozos de cemento decorados con graffitis en la cabeza pero hay mucho más. Uno de los imprescindibles de la ciudad es el Checkpoint Charlie, una parafernalia que recuerda la vieja garita de control en la frontera entre la zona soviética y americana y donde ahora dos ¿guardias? se fotografían con los turistas con el McDonald's como convidado de piedra. 

El East Side Gallery -la zona del muro con graffitis- es visita obligatoria. Empieza justo al lado del precioso puente Oberbaum y se prolonga por más de un kilómetro. Hay auténticas obras de arte y también la evidencia de las miles de personas con nulo respeto por el arte que han pasado dejando sobre las creaciones sus nombres, fechas y garabatos varios estropeándolos en su mayoría. 

Junto a la Topografía del Terror hay más restos originales. En algún punto del mapa entre las paradas de metro de Schwartzkopssstr. y Hauptbahnhof encontramos otro par de tramos sueltos (incluso alguno daba la sensación de abandonado) junto a una vieja torre de guardia francesa -en medio del jardín de una zona residencial-. Pero sin duda, el mejor recuerdo está en el Memorial del Muro en Bernauer Str. Fotografías de la época, vídeos de la construcción e intentos de huída, trozos del muro real, una torreta de vigilancia, audios (en alemán e inglés), etc. Una visita muy didáctica que coincide no sólo con la localización original del muro si no también con las 'casas muro', aquellas que quedaron casi en el limbo y desde donde a la desesperada se lanzaban muchos al vacío. Una visita que muestra la evolución de la zona mientras se desahuciaron, tapiaron y demolieron edificios para aumentar la zona de seguridad.

Graffiti de un tramo de la East Side Gallery


El otro Berlín
Evidentemente, hay mucho Berlín que no es el Muro o el Tercer Reich. Uno de los puntos más destacados es el Reichstag y la visita a su espectacular cúpula. Os cuento: Si tenéis previsto ir a Berlín reservad la visita online, es mucho mejor. ¡Pero con tiempo! Nosotros nos enteramos de esta posibilidad la semana antes de viajar a Berlín y estaban agotadas. Así que nos tocó hacer la cola más lenta del mundo entero durante una hora (y apenas un centenar de personas por delante) para conseguir una reserva para el anochecer. Eso sí, una odisea que mereció la pena. La cúpula es sencillamente espectacular. Sin tener ni la más mínima idea de arquitectura disfruté muchísimo del juego de luces al anochecer a través de los cristales y espejos que Norman Foster usó para construir la nueva cúpula del Recihstag. Y de las vistas. Y de la cámara de fotos. Por cierto, sí, también éste es un edificio de tamaño gigante.

Y más vistas contemplamos desde la Torre de Televisión en Alexanderplatz, una de las grandes creaciones de la RDA. Nos gusta subirnos al punto más alto de la ciudad que visitamos (bueno, a mí más que a otros), aunque quizás Berlín desde arriba no sea tan impresionante como otras capitales.

La Isla de los Museos alberga unos enormes edificios bellísimos que cobijan diversos museos. Nos recomendaron -personas, guías, blogs, etc.- la visita al Museo del Pérgamo que recoge vestigios de civilizaciones antiguas pero os confieso que salimos muy defraudados. Un edifico gigante con una colección pequeña. La Puerta de Ishtar y la Puerta del Mercado de Mileto son impresionantes, sí, pero salimos con la sensación de haber pagado un precio que no merecía el Museo... Recién restaurado y viéndolo posteriormente en Internet, parece que no toda la colección del museo estaba accesible aquel día (pero el precio sí era el completo).

¡Por cierto! Llegué a Berlín con el encargo de adivinar qué son esos gigantes tubos rosas o azules que atraviesan -por doquier- la ciudad y lo conseguí: Al ser Berlín una ciudad construida sobre zona pantanosa es necesario dragar antes de edificar... ¡y la ciudad entera está en obras!

¡Berlín en obras!
Pasearas por donde pasearas no podías dejar de sentir que Berlín es una ciudad con mucha libertad y con una marcada identidad. Graffitis, diseño, arquitectura vanguardista, bares alternativos, techno… Todo en una convivencia pacífica que hace de esta ciudad diferente a las demás. En uno de esos paseos descubrimos uno de esos bares a la orilla del río que habíamos ojeado en Pinterest y… Bueno, muy bonitos de ver pero un tanto extraños para consumir. Con deciros que había ‘seguratas’ para entrar al bar, que estaba prohibido hacer fotos, que la música techno resonaba a las cinco de la tarde y en medio de la estructura de cabaña había un tramo supuestamente original del Muro de Berlín…

Hay que destacar la amabilidad de los berlineses -se acercaban a ayudarte si te veían con un plano en la mano-, su civismo y su gusto por el diseño (en cada esquina, en cada local comercial, en cada edificio, en cada terraza, en cada oficina…). Y es que en Berlín aman el diseño… y las bicis.

En definitiva, Berlín es única, un oasis de ciudad cargada de historia y de vida.

Bares a la orilla del río
> Mis fotos de Berlín en Flickr

14/7/15

Visitar Berlín (I)

A finales de mayo viajamos a Berlín. La capital alemana era una de las ciudades que más ganas tenía de conocer desde hace tiempo y no me ha defraudado: Ha sido un viaje diferente a todos los demás, muy instructivo. Berlín atrapa, no por su belleza pero sí por su vida, su arquitectura moderna junto a monumentales edificios clásicos, por su arte callejero y por su descaro. Impacta comprobar cómo ha evolucionado una ciudad tan herida y dividida hasta hace sólo un par de décadas. Berlín regala historia y arrastra aún en su 'adn' demasiadas muertes pero, en cambio, respira vida en cada esquina. 

En la visita a Berlín es imposible omitir la Segunda Guerra Mundial y el muro que después dividió la ciudad durante la Guerra Fría. Hoy en día, según nos contaron, ya no es tan fácil adivinar en qué parte de la ciudad estás pero aún hay viejos vestigios que te lo facilitan. El tipo de edificación de las casas te ayuda a situarte y entrever si esa zona que pisas fue soviética o aliada. El ampelmann, curioso y típico muñeco de los semáforos de la antigua RDA ya se ha colado por toda la ciudad así que tampoco él sirve de referencia. 

Aunque sí es cierto que casi todo lo turístico está en la que fue la parte oriental. Desde la Alexanderplatz hasta la puerta de Brandenburgo, pasando por la catedral (hay que pagar para visitar su interior) junto a la Isla de los Museos, la Nueva Guardia, Bebelplatz y el recuerdo a la quema de libros, Gendarmenmarkt y sus iglesias gemelas -la plaza más bonita de Berlín-, la avenida Unter den Linden, el Memorial al Holocausto y la puerta de Brandenburgo a los pies del Tiergarten. Esa fue nuestra primera aproximación a la ciudad, una ruta que sirvió para percatarnos de que en Berlín todo es 'XXL'. La catedral es de propociones inmensas, las plazas son amplísimas y las avenidas muy anchas. Una sensación de amplitud y serenidad que llama la atención en una capital como Berlín y que contrasta con todas las grandes ciudades que hemos pisado hasta el momento. Sin tráfico, sin excesivo ruido, sin venta ambulante acosando a turistas, sin prisas. Berlín es una ciudad en calma, una ciudad en paz.

Der Ampenlmann, el simpático hombre del semáforo de la RDA

La Segunda Guerra Mundial
En nuestra visita encontramos junto a algunos de los edificios y monumentos más destacados grandes fotografías del mismo lugar décadas atrás. Cuando la guerra no dejó casi ninguno en pie y las calles estaban llenas de heridos y fallecidos. Como os digo, en Berlin es imposible escapar de la barbarie que fue. 

Decidimos realizar una visita guiada sobre el Tercer Reich. Nunca antes habíamos realizado un tour guiado y tengo que confesar que fue una de las mejores inversiones del viaje. Durante tres horas un apasionado guía nos enseñó la Iglesia del Recuerdo (imprescindible para poder contemplar los destrozos de la guerra), el Museo de la Resistencia y lugar donde se gestó la 'Operación Valkiria', Anhalter Bahnhof -los restos de una vieja estación de trenes que servía para la exportación de judíos-, el Memorial de Guerra Soviético situado en Tiergarten, la Columna de la Victoria y la Topografía del Terror, un lugar que explora -junto a restos del Muro de Berlín- el porqué del ascenso de Hitler al poder y el posterior desarrollo de sus atrocidades. Espeluznante a la par que necesario, descubriendo hechos nunca antes oídos y observando -como ya nos sucediera en Munich- el respeto pero también la importancia con la que Alemania trata a su pasado, la necesidad de contarlo y exhibirlo al mundo. Mientras, aquí, en nuestras cunetas... Recomiendo realizar esta visita: Ayuda a ahondar la historia reciente de Berlin y lo que es mejor: A situarla en el plano actual de la ciudad. Por cierto, nosotros la hicimos con los chicos de visitasguiadasberlin.com.

Desde la semana previa estuvimos viendo documentales sobre Berlín: Sobre el muro, sobre la guerra, sobre la ciudad, etc. En uno de ellos oímos hablar de los grandes búnkeres que Hitler mandó construir para proteger a la población civil y que los restos de uno de ellos aún eran visibles en la ciudad. Al parecer eran tan indestructibles, por mucho que lo intentaron los aliados, que decidieron cubrirlos con las ruinas de la ciudad y crear así cuatro colinas (Berlín es completamente plana). Pero uno de ellos, en lado francés, quedó descubierto por una de las zonas. Nosotros lo encontramos por casualidad: Viajamos hasta la estación de metro Brunnenstraße para realizar uno de los tours subterráneos de Berlin Unterwelten y mientras esperábamos que llegara la hora de inicio entramos con la bici (¡Berlin en bici es amor!) al parque que había al lado de la parada del metro. Y... ¡allí estaba! De hecho, la oferta de los subterráneos incluye una visita a ese búnker pero sólo a partir del mes de julio (en invierno es una colonia de murciélagos). 

Las visitas guiadas de los chicos de Berlin Unterwelten es otra de las actividades que más recomiendo de la ciudad. Nosotros hicimos dos: Una sobre los túneles subterráneos que se construyeron y usaron como escape en la época del Muro de Berlín y otra sobre los búnkeres de la Segunda Guerra Mundial. Es imposible que no se te ponga la piel de gallina allí abajo...

El día que alquilamos la bicicleta aprovechamos para escaparnos hasta Treptower Park, donde se sitúa el Monumento de Guerra Soviético, el otro gran memorial ruso en la ciudad.  Y, de nuevo, hemos de hablar de las proporciones inmensas. El parque, que sirve de homenaje a los miles de rusos enterrados bajo el memorial, es sobrecogedor. Una gigantesca estatua de un soldado ruso se acompaña de relieves que representan la guerra junto a citas de Stalin. Un lugar de gran belleza que, no obstante, me dejó sensaciones encontradas...

Para terminar con la Segunda Guerra Mundial nosotros nos desplazamos en metro hacia el Olympiastadion, el único de los edificios del gran sueño de Germania de Hitler que se construyó. Días después de nuestra visita fue sede de la final de la Copa de fútbol alemana y también de la Champions League y aunque ya había merchandising de ambas competiciones en el campo y aledaños, lo cierto es que la sobriedad y magnificencia del edificio tienen una macada estética nazi... O esa impresión nos dio a nosotros en el momento. 

El Olympiastadion, una de las construcciones del sueño de Germania de Hitler

9/6/15

Anochecer en la cúpula

Lugares en los que te quedarías horas.
Escenas que fotografiar sin parar.
Anocheceres que llegan sin avisar...
... y te enamoran para siempre.




12/5/15

Escapadas de un día

Que nos pasamos media vida soñando con rincones lejanos, parajes infinitos y lugares paradisíacos olvidando, a veces, las maravillas que más cerca tenemos ya lo dije en este post sobre lugares de la península que quiero ver más pronto que tarde. Pero es que más cerca que esos cinco destinos mencionados tenemos mucho de lo que presumir en nuestra tierra. Tan cerca como o a una hora (o menos) en coche o algo más lejos como aquella escapada al puente de Holtzarte. A veces hasta que no recibes una visita no descubres de otra manera tu tierra... ¿verdad? Y ahora que llega -se supone- el sol, arranca la temporada de 'escapadas de un día'. Para este año me gustaría conocer por fin el Bosque pintado de Oma...

Y para coger ideas qué mejor que este gran vídeo que hace unos años grabó un ITV ilustre:


Por cierto, nosotros este fin de semana nos hemos acercado a Sokoa y he colgado alguna foto nueva en mi galería de Flickr, por si alguno quiere verla :)


28/4/15

Pre-berlineando

Las semanas antes de hacer un viaje son emocionantes: Yo me vuelvo loca explorando la ciudad por internet, para que no se me escape ni un detalle cuando llegue allí. Para que os hagáis una idea, me preparo e imprimo un documento escrito con lugares, rutas, datos históricos o artísticos relevantes, información del transporte por la ciudad, etc. 

Suelo entrar en la web oficial de turismo de la ciudad así como en las webs de viaje que sigo y buscar todo lo publicado sobre el destino que voy a visitar. Pero también busco post de blogs personales y así leer las rutas o las recomendaciones de diferentes personas. Además, con las redes sociales preparar el viaje es mucho más fácil: En Pinterest tengo un tablero sobre Berlín con tips, guías, imágenes y demás recomendaciones para el viaje. Uso Flickr los días previos de un viaje -o incluso durante el propio viaje- para buscar ideas para fotografías. Y, por supuesto, en Twitter y Facebook sigo cualquier canal -oficial o no- que hable sobre la ciudad. Aún sigo enamorándome de Estocolmo con las fotos tan bonitas que cuelgan desde Visit Stockholm -la cuenta oficial de turismo- y Muniqueando me parece uno de los mejores canales que he seguido para preparar un viaje. 

Por supuesto, una de las mejores maneras de preparar un viaje es preguntar a aquellas personas que conoces que han estado a ese lugar que vas a visitar (si tienes un amigo/a que te haga de Cicerone in situ ya ni te digo). Así que, amigos que habéis estado en Berlín. En unas semanas voy ¡por fin! a uno de los destinos que más ganas tengo de conocer. Me gusta el arte, la historia, conocer el ambiente de la ciudad, no perderme ni un sólo rincón y disfrutar de una buena cerveza. ¿Qué me recomendáis?

Foto de Flickr, cortesía de Sascha Kohlman


31/3/15

Próximo destino, Berlín

La Habana es morriña, Roma es arte, Londres es acción. Toronto es alturas, Paris es belleza y Estocolmo, calidad. Estambul es magia, Manchester es fútbol y Liverpool, fútbol ylos Beatles. Munich es vida. ¿Y Berlin? ¿Qué será?

La Habana
Roma

LondresToronto

París
Estocolmo

Estambul

Old Trafford

LiverpoolMunich

10/2/15

Esnatu naiz...

Momentu etengabian, karakolak bere tokian, zigarro herrautsak mahai gainian eta begirada galdekoren bat. Gabetan maiz ohe infinutan nago ametsetan pantaila beltza ikusteko. Eskuak tinko, bizitzari eusteko, sufrimendua zoriona bihurtzeko... 

Harea oinetakoetan hurradurarik jasan gabe, maite zaitut esatea ezpainak ireki gabe. Leihoak zabaltzea baitangoan geratzeko, nozbait mezu hiltzailea definitu ote zaren?

Esnatu naiz, konturatu naiz, zoriontsu naiz. 

Dakusat benetan zure hilezkortasunean, galdeiozu hautsari, hiri ginebra kirastuari. Gaurkoan John Fante, errai ustelak itsuari, utzi dezagun karakolek negar egin dezaten. 

Esnatu naiz, konturatu naiz, zoriontsu naiz. 

(Esnatu naiz / Kerobia)

16/12/14

Cinco rincones de la península

Me encanta viajar y, como decía aquella canción, el mundo entero se me ha quedado pequeño. Bueno, literalmente no, porque apenas conozco una ínfima parte del planeta pero me encantaría descubrir cada pequeño rincón que tiene para ofrecernos. Eso sí, confieso que antes de embarcarme en altos vuelos (que también) me gustaría conquistar Europa entera. Y reconozco que la gran olvidada es casi siempre nuestra península y es que, cuando te dispones a preparar un viaje siempre tiendes a mirar a lo lejos y se nos olvida, a veces, que aún hay tanto que ver aquí cerca... 

No, no me voy de viaje. Lamentablemente viajo mucho, muchísimo, infinitamente muchísimo menos de lo que me gustaría. Pero si pudiera planear un viaje ahora mismo por nuestra península Ibérica a descubrir rincones nuevos, me quedaría con:

Granada. Una vez oí o leí que las tres ciudades más bonitas de España eran Donostia, Coruña y Granada. Lo primero es indudable (por goleada), lo segundo bastante dudoso (no es que no sea bonita A Coruña pero -en mi opinión- debería estar por detrás de bellezas como Sevilla, Córdoba o Barcelona) y lo último lo desconozco. Es mi gran asignatura pendiente: Todo lo que oigo de quien la conoce son maravillas. Tengo unas ganas enormes de visitar la ciudad, pasear por sus barrios, disfrutar de su ambiente y sobre todo, alucinar con la Alhambra… ¡Muchas ganas!

Imagen de Harshil Shah (Flickr) con licencia Creative Commons

Cadaqués. Una ex compañera de trabajo procedente de este rincón de la costa Brava hizo de buena embajadora. Y a juzgar por las fotografías se quedó corta. Teñido de blanco, este pequeño pueblo costero se presenta como una alternativa turística idílica con cultura, relax y playa para disfrutarlo....

Imagen de Jos Dielis (Flickr) con licencia Creative Commons

Oporto. Me imagino paseando por Oporto con una cámara de fotos. Y es que esta ciudad me da la impresión de ser especialmente fotogénica. Su caso antiguo (patrimonio histórico) invita a perderse callejeando sin parar y las panorámicas de la ciudad desde lo alto de la colina a disfrutar de un bonito anochecer. ¡Y a escasas tres horas del pueblo de los aitas!

Imagen de MDPN (Flickr) con licencia Creative Commons
Lisboa. Aunque también he oído opiniones negativas, la mayoría de la gente que conozco que ha visitado la capital portuguesa habla maravillas de ella: Cosmopolita y tradicional, llena de vida y de cultura, colorida y luminosa. Una alternativa atractiva, cercana y, por lo que cuentan, económica.

Imagen de Ann Wuyts (Flickr) con licencia Creative Commons
Toledo. Ésta es una de esas ciudades que siempre he querido visitar pero que se queda un poco lejos para una posible escapada en coche. Pero lo cierto es que una opción perfecta para un fin de semana diferente, disfrutando entre tantos siglos de historia que esconde esta ciudad medieval y sus estrechas calles (¡su casco antiguo conserva el trazado que tenía en la Edad Media!).

Imagen de Colin Angus MacKay (Flickr) con licencia Creative Commons
Y sí, me dejo muchos sitios. Muchos pueblitos buenos que tienen encanto que ofrecer, miradores infinitos para perdernos, ciudades llenas de ambiente y cultura para disfrutar…

25/11/14

Con sabor a nuestro

¡Cuántas veces sentimos la necesidad de quemar kilómetros bajo nuestros pies buscando rincones únicos sin percatar -o sin recordar- que vivimos en una tierra privilegiada! Un domingo del mes pasado, aprovechando el veroño tropical de esta Euskadi nuestra (lo de las estaciones está pasado de moda), decidimos pasar el día conociendo algún lugar nuevo. Nunca había oído hablar de Ea, un pueblito de la costa vasca también conocido, según un libro de rutas que tenemos en casa; como los 'fiordos vascos'. 

La costa de Bizkaia es mi segundo lugar favorito, después de la costa de mi querida Gipuzkoa (Hondarribia, Zumaia, Orio, Zarautz, Getaria... y Donostia ¡qué decir!). Previa parada en Gernika, llegamos a Ea, un pequeño pueblo de cuento donde el mar es uno más de sus habitantes y la playa es la plaza del pueblo. Su parte vieja es un curioso entramado de cortas y sinuosas calles que, como nuestras vidas, van a dar en la mar. No pude evitar de acordarme de nuestro road trip del verano y de las estampas de Annecy, aquel pueblo francés a orillas de los Alpes. Será por los preciosos puentes que unen ambos lados del pueblo, o por las casas donde la colada recoge el aroma del mar, o por la pasmosa y adorable tranquilidad que respiramos aquellas horas de veroño, Ea nos encantó. Acabamos la jornada en Lekeito, más bullicioso pero igualmente recomendable. Unas espectaculares vistas al mar y una imponente y deliciosa iglesia barroca presidía su bahía. 

Os dejo algunas fotos que no hacen justicia de lo visitado:

Gernika 
Ea 
Ea 
Lekeitio

21/10/14

Neuschwanstein: El castillo soñado

Aún recuerdo la primera vez que lo vi. Estaba en mi primer año de instituto (1º de Bachiller) y me acerqué al aula del departamento de Historia para hacer una consulta a mi profesor. Y allí estaba: ampliado y enmarcado. "¿Qué es?", le pregunté. Y entonces Alex, uno de los mejores profesores que me he cruzado en mi vida estudiantil -esa que nunca acaba-, me lo presentó. Era el castillo de Neuschwanstein, en Alemania, de proporciones inmensas y que, entre otras cosas, sirvió de inspiración para el castillo de Eurodisney. Desde aquel instante deseé visitarlo. 

Como sabéis, en agosto hicimos un 'road-trip' hasta Munich. El primero de nuestros días en la gran cuidad bávara lo dedicamos entero a  mi castillo. Nos habían recomendado ir a primera hora del día (se tarda algo más de una hora en llegar en coche) pero no logramos salir de Munich hasta pasadas las diez de la mañana. Una vez allí, cola para aparcar y una inmensa cola para conseguir las entradas. Puedes visitar sólo el castillo de Neuschwanstein o comprar un ticket combinado para poder visitar el castillo de Hohenschwangau también. 

La explotación de los castillos sigue un modelo muy cuadriculado, muy organizado, muy germánico. Las visitas guiadas son en alemán y en inglés; los que deseen hacerla en otro idioma se servirán de una audioguía. Eso sí, cada oveja con su pareja: para cada idioma hay una hora determinada. Puede que sea por el afán por el orden o para que los latinos gritones nos molestemos sólo entre nosotros, jeje. 

Mientras esperábamos en la cola de las entradas degustamos unas ricas wurst alemanas y una más rica aún weiß ßier de la zona. A pesar, repito, de que nos repitieron varias veces la necesidad de llegar temprano, a duras penas conseguimos tickets para visitar el castillo en el último turno del día en castellano. De hecho, durante la jornada nos topamos con una pareja que, habiendo llegado poco después que nosotros, se quedó sin poder visitarlo. 

Los castillos están situados en un paraje idílico incluso para mí, que ya sabéis que soy más de mar o asfalto que de montaña. Las vistas son espectaculares, verde y más verde y lagos de película. Y, al fondo, los Alpes. Además, el tiempo nos acompañó durante toda la jornada y eso que en los días siguientes tuvimos que echar mano de paraguas. Dicen que el Rey Luis II, el loco rey que mandó construir el castillo, se recluyó en aquel paraje del que estaba locamente enamorado. ¡Cómo para no! 

Primero visitamos el castillo de Hohenschwangau. La visita de 20 minutos te permite hacerte una idea de cómo es la totalidad del castillo. En Neuschwanstein, en cambio, la visita se queda excesivamente corta. Supongo que parte del interior no está acondicionado pero nos quedamos con la sensación de haber visto demasiado poco y, además, demasiado rápido. Aún así, la visita merece la pena, todo el mobiliario y los detalles están milimétricamente cuidados y la recreación es muy interesante. Cada vez que visito un monumento residencial (en el propio Munich entramos en Residenz, la Residencia Real que ahora sirve para exhibir un lujo y una decadencia desmedida -visita que recomiendo encarecidamente, por cierto-) entiendo menos qué han hecho en Estambul con el Palacio Topkapi.

No obstante, lo más bonito es la imagen imponente del castillo desde el exterior. Especialmente en la  zona trasera del propio castillo con un puente colgante atiborrado de turistas pero con unas vistas inolvidables. También hay un telesilla para poder ver la más famosa de las vistas del castillo, la de la entrada roja desde lejos; pero eso quedará para una futura ocasión. 

Vista del castillo de Hohenschwangau

El castillo de Hohenschwangau y su espectacular entorno

Inmenso el castillo de Neuschwanstein

Si vais a Münich Neuschwanstein es parada obligada. Entréis o no a visitar el interior de los castillos no podéis perderos este monumento que, recientemente fue finalista de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno y cuyas dimensiones os dejarán boquiabiertos... Yo, desde luego, no dejé de sonreír mientras contemplaba uno de esos rincones del mundo que siempre había soñado mirar. Eso si, ¡IR A PRIMERA HORA! ;)


26/8/14

¡Munich!

Munich engancha. Lo tiene todo: Belleza, arte, diversidad, cultura, historia, asfalto y zonas verdes... ¡y hasta un tiempo para todos los gustos (a ratos lluvia, a ratos viento, a ratos un sol radiante...)!. Munich tiene, como aquella otra ciudad en la que te dejas la silla, un color especial. Es como ese compañero de colegio aventajado, educado y favorito de los profesores pero que, lejos de resultar pedante, se convierte en el líder de la clase. 

¿Se nota que vuelvo enamorada? Ya os lo había contado: Alemania era una de mis asignaturas pendientes. Ésta ha sido la primera pero no la última vez que viajo al país teutón. No hay nada que no me haya gustado de la capital bávara: una ciudad top para visitar y seguro que para vivir. Próspera, limpia, educada, orgullosa, bonita, VIVA. 

Lo mejor de Munich es que tiene para ofrecer mucho más de lo que presume. Incluso con unas expectativas muy altas, la ciudad ha sido capaz de sorprenderme. ¿Cómo no? Si en cinco días ha unido arte, historia, belleza y ocio: Cumplí mi sueño de contemplar el espectacular e imponente castillo de Neuschwanstein, disfruté descubriendo la ciudad en bicicleta, sufrí y volví a aprender en Dachau y gocé con la gastronomía de la ciudad. Os confesaré que nuestras cenas muniquesas fueron a base de codillo como base principal, ¡día tras día! Aunque también catamos, cómo no, las famosas salchichas de la zona, la riquísima pasta alemana y los bretzel. Y, por supuesto, ¡weiß bier! Paulaner, Augustiner, Hofbrauhaus... =)

Improvisamos el viaje casi a última hora y ¡en coche! El trayecto realizado fue Irun-Annecy-Zurich-Münich-Constanza-Friburgo-Selva Negra-Irun; aunque en algunos sitios paramos sólo un par de horas. De Munich traemos muchos recuerdos pero sobre todo muchas ganas de volver. Os dejo algunas fotos de la ciudad, aunque podéis ver la galería del viaje entero en Flickr

Summer Festival en Olympiapark. ¡Munich! en Hitzen Mundua
Summer Festival en Olympiapark.
Deutsches Museum y el río Isar. ¡Munich! en Hitzen Mundua
Deutsches Museum y el río Isar. 
Castillo de Neuschwanstein. ¡Munich! en Hitzen Mundua
Castillo de Neuschwanstein.
Frauenkirche, la catedral de Munich. ¡Munich! en Hitzen Mundua
Frauenkirche, la catedral de Munich. 
Vistas desde el Englischer Garten. ¡Munich! en Hitzen Mundua
Vistas desde el Englischer Garten.
Vista de los Alpes desde la torre del ayuntamiento. ¡Munich! en Hitzen Mundua
Vista de los Alpes desde la torre del ayuntamiento.






22/7/14

Galerna

El sábado nos pilló la galerna en San Juan de Luz. No es que no haya visto miles de galernas antes pero creo que nunca había presenciado una que avanzara tan rápido. Cuando llegamos las nubes estaban lejos, la gente paseaba por la costa y la playa estaba llena. En cinco minutos (¡lo juro!) las nubes habían llegado, la playa se vació y el viento se volvió insoportable. Entre los pelos de loca que apenas me dejaban ver y un helado que se me derretía intenté hacer alguna foto decente del fenómeno meteorológico. Tenéis más en mi galería de Flickr

Galerna en San Juan de Luz

Galerna en San Juan de Luz

Galerna en San Juan de Luz

Galerna en San Juan de Luz

P. D. Para los que no sabéis de qué hablo, copiado de wikipedia:
Una galerna es un temporal súbito y violento con fuertes ráfagas de viento del oeste al noroeste que suele azotar las zonas del mar Cantábrico y el Golfo de Vizcaya. (leer más). Digamos que es un fenómeno atmosférico tan bonito de ver como incómodo de presenciar, sobre todo si te pilla en la playa...
P. D. 2 En Google Imágenes y en Flickr hay fotos espectaculares de galernas...

15/7/14

Juego de palabras

Hace no mucho nos juntamos varios cántabros, varios bizkainos y servidora, gipuzkoana. Y no, no es un chiste. En un momento dado la conversación derivó a las diferentes maneras de referirnos a las mismas cosas, lo que siempre me ha parecido muy curioso. 

Lo que más me llamó la atención aquel día fue descubrir que lo que para mí toda la vida ha sido una txirristra y pensaba que así era en todo Euskadi, los bilbaínos no tenían ni idea de a qué me refería. Hablo del tobogán de los parques infantiles; aunque a mí la palabra tobogán me recuerda a los de mayores dimensiones y que nos podemos encontrar en los parques acuáticos o antaño en la playa de Hondarribia. 

Otra palabra que nadie más de los presentes conocía era xira, más comúnmente conocido como chubasquero. En la línea podría ir el término katxi pero éste, como el kalimotxo (esto sí que ya es universal), se ha ido extendiendo por la geografía. Al menos los cántabros saben pedir un vaso de katxi (en otros lados: mini, maceta, etc.) en cualquier txosna (las casetas o bares que se montan en las fiestas).  

Luego está el concepto "local". Me explico: un garaje, o un local comercial alquilado a una cuadrilla joven para que lo use como lugar de ocio o como su segunda casa. En el resto de Euskadi les llaman 'lonjas' (como donde se vende el pescado), aquí en Gizpukoa les llamamos local (que es lo que son). 

¿Y hacer novillos? Para esto hay un mundo de expresiones: campana, novillos, fugarse, etc. Para nosotros eso de toda la vida ha sido conocido como 'hacer pira'.

Por otra parte podríamos hacer un libro sobre el amplio significado de la palabra 'epa'. Una amiga madrileña me dijo una vez que le llamaba la atención que lo mismo lo usábamos para saludar que para pedir disculpas. 

Aunque lo que más sorprendida me ha dejado ha sido un descubrimiento de esta semana pasada. En uno de estos famosos grupos de Facebook de: No eres de -pongaaquíelnombredesupuebloociudad- si no... me enteré que los corrocones que llevo viendo nadar por el río toda vida no se llaman así en verdad. Su nombre en castellano en corcón y en euskera korkoi. 

Es curioso cómo cambia el lenguaje cuando empieza a recorrer kilómetros...

1/7/14

Irun, ¡feliz año!

Ya sólo quedan 364 días para el próximo San Marcial. ¡Feliz año nuevo a todos los irundarras!

San Marciales 2014

24/6/14

Los mejores días

Buscando a Wally, digo a Javi...
Me es imposible describir la inmensa felicidad que siento el primer día de junio que oigo acercarse los txibilitos y los tambores tocando la marcha de la San Marcial. Asomarme al balcón a ver pasar a la compañía y sentir que se me pone la piel de gallina mientras no puedo parar ni de sonreír, ni de mover el pie al ritmo de la música. 

Me es imposible definir los nervios que que aparecen cada tarde del 29 de junio mientras esperamos a que llegue el general a pasar revista a la compañía del barrio y Amaia y yo planeamos la mañana del día siguiente. ¿Lloverá? ¿Llevamos cartas? ¿A qué hora quedamos? ¿Quién lleva desayuno?

Me es imposible explicar qué siento cuando, antes de las cuatro de la mañana del día 30, suena el despertador, abro las ventanas de la sala y veo gente pasar, a susurros, con el cielo aún a oscuras y vestidos para la ocasión. Encontrar nuestro txoko para poder disfrutar del momento y esperar, pacientemente y con alegría, a que den las seis de la mañana. 

Me es imposible decir qué significa poder disfrutar del día 30, desde la Diana de Villarrobledo (pelos de punta ahora mismo viendo el vídeo) a las 06:00 de la mañana, hasta la cada vez más popular y famosa diana de los borrachos, 24 horas después. La piel de gallina constantemente, la emoción por las nubes, la felicidad más completa... El día más bonito del año, rodeado de los mejores amigos del mundo. 

Hay una vieja canción que dice que Irun es la ciudad del buen humor, y que "cuando llegan sus famosos San Marciales, la alegría se desborda por las calles". Yo os dejo esta otra, que cada junio me prepara para el gran día... "¡Y en la calle estalla San Marcial!".




20/5/14

Puente de Holtzarte

Hace un par de fin de semanas aprovechamos el buen tiempo para hacer una excursión que teníamos en mente desde hace tiempo. De hecho, el pasado verano ya lo intentamos pero el coche nos dejó tirados bajo la solana en medio de la nada en el País Vasco Francés. 

Conocimos éste sitio en el vídeo que Iñaki, un irundarra, realizó hace ya un par de años emulando el mítico Matt Harding. (¡Tienes que verlo!) Es sorprendente que después de casi tres horas de viaje en coche (¡y vaya puertos!) aún sigas en Euskal Herria. El puente de Holtzarte está en Larrau, un pueblo del lado francés. 

El viaje en coche se hace largo pero la caminata, afortunadamente, se hace corta. Especialmente para alguien como yo a quien no le gusta mucho andar y muchísimo menos hacerlo entre tanto verde e insectos varios. Pero merece la pena. El puente es algo más pequeño de lo que me esperaba, pero aún así impone mucho. Y a pesar de que la infraestructura está como nueva a más de uno le entran los mil males al atravesarlo y notar el balanceo... Y, si no tienes vértigo, mirar hacia abajo en esa inmensidad es espectacular. 

Puente de Holtzarte. HitzenMundua

Puente de Holtzarte. HitzenMundua

Puente de Holtzarte. HitzenMundua

Puente de Holtzarte. HitzenMundua

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